El gobierno de Texas exige a Mike Tyson cumplir con rigurosas pruebas de salud antes de aprobar su pelea contra Jake Paul, programada para el 15 de noviembre en el Estadio de los Dallas Cowboys.
Por Redacción
Mike Tyson, ex campeón mundial de los pesos pesados, enfrenta un último obstáculo para subir al ring el próximo 15 de noviembre. El gobierno de Texas ha solicitado una serie de pruebas de salud obligatorias antes de dar el visto bueno a su pelea con el popular influencer y boxeador Jake Paul. En caso de cualquier irregularidad médica, el combate será cancelado, dejando a los organizadores y fanáticos en vilo.
De acuerdo con un reporte de Boxing Kingdom, Iron Mike deberá someterse a un electroencefalograma (EEG) y un electrocardiograma (ECG), exámenes solicitados por el Departamento de Licencias y Regulación de Texas. Estas pruebas buscan garantizar que el ex campeón esté en condiciones para regresar al cuadrilátero después de que, en julio pasado, la pelea fuera aplazada debido a una úlcera estomacal que afectó su estado físico.
Con 58 años, Tyson está decidido a no dejar el boxeo, aunque el combate estará sujeto a reglas especiales: guantes acolchonados, rounds de dos minutos y ocho asaltos. A pesar de las críticas de algunos aficionados, la comisión texana mantiene su postura de priorizar la salud de los peleadores, sobre todo para una leyenda de la talla de Tyson.