
La cancelación del combate entre Omar Chávez y Misael Rodríguez sigue generando polémica, y esta vez ha escalado a una acalorada discusión en redes sociales entre Julio César Chávez y el periodista deportivo David Faitelson.
El enfrentamiento digital se desató cuando Faitelson señaló a Mauricio Sulaimán, presidente del Consejo Mundial de Boxeo, acusándolo de justificar las presuntas indisciplinas de los hijos del «Gran Campeón Mexicano». Según Faitelson, los hijos de Chávez han mostrado falta de profesionalismo, comentario que no fue bien recibido por el legendario exboxeador.
Chávez respondió a través de sus redes, mostrándose molesto por las críticas del periodista, especialmente sobre el tema del peso de su hijo Omar antes de la pelea. El exboxeador aclaró que Omar había marcado 84.40 kilogramos (168 libras) en la báscula, tal como se había estipulado. “Me extraña mucho de ti que siempre chingas con las cláusulas de rehidratación. Omar dio el peso establecido y ellos argumentan que pesaba 90 kilos después del pesaje, sin fundamentos”, publicó Chávez en la plataforma X (anteriormente Twitter).
En un tono desafiante, Chávez agregó: “Así que, con todo respeto, no hables pendejadas sin fundamentos y sin investigar. No juzgues a mis hijos por lo que hicieron en el pasado, eso no se vale y no lo permitiré».
El ídolo del boxeo mexicano también explicó que el equipo de su hijo Omar había aceptado la pelea bajo cualquier peso, detallando que Omar volvió a pesarse, esta vez marcando 82.40 kilos, y que la comisión y el entrenador Robert García habían aprobado la pelea. «Mi hijo se volvió a pesar y ellos dijeron ‘va, se hace la pelea’, Omar y Chino podían pesar lo que les diera su chingada gana», afirmó.
A pesar de la controversia y el cruce de palabras, la pelea entre Misael Rodríguez y Omar Chávez nunca llegó a concretarse, dejando a los aficionados decepcionados y con muchas preguntas sobre lo que realmente ocurrió tras bambalinas. La cancelación ha generado una ola de críticas en redes sociales, enfocadas en la falta de profesionalismo y la expectativa no cumplida de los fanáticos del boxeo.